martes, 19 de febrero de 2013

No soy una persona...

                                                                                                                                                 
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“Nunca es la persona la que se libera, siempre nos liberamos de ella”.

“La ambición es personal y, la liberación es de lo personal. En la liberación, ambos, el sujeto y el objeto de la ambición, dejan de ser”.

“No soy una persona en el sentido que usted da a la palabra; aunque a usted le parezca una persona, soy el océano infinito de la conciencia en el que todo ocurre. Estoy más allá de toda existencia y cognición, soy pura bienaventuranza de Ser. No hay nada de lo que me sienta separado, por consiguiente soy todo, nada es yo, yo soy nada…”

“La persona que usted cree ser es mera sugestión o imaginación. Usted no tiene padres, nunca nació ni nunca morirá. Bien créame cuando le digo esto, o llegue a ello mediante el estudio y la investigación”.

En estas citas, Maharaj arremete contra nuestra creencia más profunda, que constituye la mismísima médula de nuestra existencia y esclavitud: la convicción de ser una persona. Maharaj define la palabra ‘persona’ como ‘una entidad separada con un cuerpo como núcleo’. Esta entidad se relaciona con el mundo circundante a través de los sentidos y, se comunica con los demás por medio del lenguaje que, a su vez, proviene del pensamiento.

Tenemos la impresión de que es esa imagen falsa que tenemos de nosotros mismos la que tiene que ‘liberarse’. Maharaj corrige esta percepción cuando nos dice: “nunca es la persona la que se libera, siempre nos liberamos de ella”.

 ¡Qué genialidad! Al decirnos esto, Maharaj nos reconoce como el Ser ilimitado y, no la persona  limitada en tiempo y espacio que creímos  ser. Si acusamos el golpe, nuestra identificación con un cuerpo/mente sufrirá un resquebrajamiento inevitable que significará el principio de su disolución.

Ahora bien – ¿por qué decimos que la imagen que tenemos de nosotros mismos es falsa? Sencillamente, porque toda manifestación física es pasajera, transitoria, y depende de múltiples factores para su supervivencia. No tiene independencia ni perdurabilidad; mientras que esa fuerza vital, invisible, que dota de movimiento y consciencia a todas las formas y seres, es infinita, auto-existente, auto-consciente y auto-luminosa. Es la Realidad misma. ‘Eso’ que llamamos ‘Dios’.

Es desde ahí que nos habla Maharaj. Por eso dice: “Soy el océano infinito en el que todo ocurre. Estoy más allá de toda existencia y cognición, soy pura bienaventuranza de Ser”. Y reafirma nuestra verdadera identidad cuando remata: “La persona que usted cree ser es mera sugestión o imaginación. Usted no tiene padres, nunca nació ni nunca morirá”.


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