martes, 29 de enero de 2013

Usted es el testigo inamovible de la consciencia...



“El cuerpo aparece en la mente, la mente es el contenido de la consciencia; usted es el testigo inamovible de la consciencia, la cual está eternamente cambiando sin cambiarle a usted de ningún modo. Su propia cualidad no-cambiante es tan obvia que usted ni se da cuenta. Mírese bien y todos estos malentendidos se disolverán. Así como todas las pequeñas vidas acuáticas existen en el agua y no pueden existir sin ella, todo el universo está en usted y no puede existir sin usted”.

 Qué quiere decir Maharaj con eso de que el cuerpo aparece en la mente, cuando a la mayoría de nosotros nos parece todo lo contrario?
La percepción corriente es: ‘Soy un cuerpo con un cerebro que produce pensamientos’. Esto indica que nos identificamos, en primer lugar, con el aspecto más burdo de la existencia: el cuerpo (la materia física) y, en segundo lugar, con la mente, que es bastante más sutil, ya que no se percibe por medio de los sentidos.

Pero Maharaj menciona dos niveles más: la consciencia y, según él, lo que somos en realidad: el testigo inamovible de la consciencia. 
De modo que tenemos, en orden ascendente, partiendo del nivel más bajo, la siguiente progresión: cuerpo – mente – consciencia – testigo inamovible. El cuerpo está en la mente, la mente (y por ende, también el cuerpo) en la consciencia y, el cuerpo, la mente y la consciencia, en el testigo inamovible. El más importante es el testigo inamovible, ya que todos los demás dependen de él – y no al revés.

El problema es que estamos viendo las cosas a la inversa: en lugar de asumirnos como el Testigo inamovible y ver las cosas desde esa perspectiva: Testigo – consciencia – mente – cuerpo, nos consideramos el cuerpo y, lo vemos todo desde la perspectiva contraria: cuerpo-mente-consciencia-Testigo. Lo que hace falta es, simplemente, corregir el enfoque o, como dice Maharaj “mirarse bien”.

“Su propia cualidad no cambiante es tan obvia que usted ni se da cuenta. Mírese bien y todos esos malentendidos se disolverán. Así como todas las pequeñas vidas acuáticas existen en el agua y no pueden existir sin ella, todo el universo está en usted y no puede existir sin usted”.

Si todo el universo está en mí y, no yo en él, entonces no puedo ser la persona limitada por la cual me he tomado todos estos años, pues el eslabón más pequeño no puede contener al más grande (aunque sí puede reflejarlo). La única manera de que el universo esté en mí es que Yo sea Eso en lo cual todos los universos, seres y mundos aparecen y desaparecen. Maharaj nos asegura que esa es, literalmente, la Verdad. ¿Nos atrevemos a creerle?

jueves, 24 de enero de 2013

Si persevera no puede haber fracaso...




“Intente ser, sólo ser. La palabra de mayor importancia es ‘intente’. Concédase suficiente tiempo  cada día, para intentar, simplemente intentar, ir más allá de la personalidad con sus adicciones y obsesiones. No pregunte cómo, no puede ser explicado. Simplemente siga intentándolo  hasta lograrlo. Si persevera, no puede haber fracaso”.


 “Intente ser, sólo ser…” Maharaj usa la palabra ‘intente’. Cuando uno ‘intenta’ cualquier cosa, indica una disponibilidad de invertir la propia energía en un propósito no experimentado  anteriormente.

Maharaj  nos pide que intentemos ‘ser’, solo ‘ser’. No ser ‘’esto” o “aquello”, sino únicamente ‘ser’. Esto es un tanto difícil de captar, porque ‘ser’ no es una actividad. Si dijera ser amables o responsables entenderíamos perfectamente. Pero él dice únicamente ‘ser’. ¿De qué se trata? ¿Qué quiere decir con esto?

‘Intentemos’ comprender todo este asunto. Pensar acerca de ello es una manera válida de ‘intentarlo’, sin olvidar que el propósito de esta investigación no es enredarnos en la maraña del pensamiento, sino desembocar “más allá” de ella. Para mí, ‘ser’ se refiere a la sensación de vida, de consciencia, que todos los seres vivos compartimos, independientemente de cualquier forma, nombre o cualidad particular que pueda caracterizarnos. El Ser es anterior, simultáneo y está más allá de todo. No es  algo en lo cual podamos establecernos a voluntad, pero sí podemos ‘intentarlo’. De ahí que Maharaj insista tanto en  esta palabra.

“La palabra de mayor importancia es intente…” Uno no debe darse por vencido por lo ambiguo del consejo (¿cómo voy a intentar ser, si ya soy ?), la aparente falta de resultados, ni desanimarse porque no hay una receta mágica, sino seguir adelante sin desfallecer, intentándolo de todas las maneras posibles, experimentando hasta encontrar nuestra forma particular de anclarnos en esa sensación de ser, traspasarla, e ir más allá de ella.

 “Concédase suficiente tiempo, cada día, para intentar, simplemente intentar, ir más allá de la personalidad con sus adicciones y obsesiones”.
Aquí se destaca la necesidad de dedicarle tiempo y energía a nuestra investigación, y se renueva el llamado a ir “más allá”. En realidad, “más allá” y “Ser” son lo mismo: auto-conciencia, auto-existencia, ausencia de ‘otros’, Bienaventuranza. Hay que dejar atrás la fijación y adicción con el mundo cotidiano para que la Realidad pueda brillar en todo su esplendor. Ignorar las tentaciones mentales y establecernos en la sensación de ser, es ir más allá de la mente.

 “Si persevera, no puede haber fracaso”.
 Estas palabras de Maharaj infunden seguridad y confianza. Vienen cargadas de una potencia inaudita: lo empoderan a uno, dándole la convicción y la fuerza para seguir adelante cuando se está a punto de desfallecer.
  Y  recordemos: “Lo importante no son las palabras, sino el poder tras ellas…”

No necesita merecer la verdad…



“La Verdad no es un premio por el buen comportamiento, ni una recompensa por pasar algunas pruebas. Es la fuente remota, innata, originaria de todo lo que es. Usted tiene derecho a ella por el simple hecho de ser. No necesita merecer la Verdad. Le pertenece”.

Muchos de nosotros fuimos programados con la idea tradicional de que ‘hay que ser buenos para ir al cielo’; o sea, para realizar nuestra naturaleza Divina - implicando que estamos separados de ella: por un lado está la Verdad y, por el otro, cada uno de nosotros. Y, en consecuencia, nos frustramos en nuestros intentos porque, a pesar de nuestros esfuerzos, parece que nunca somos lo suficientemente ‘buenos’ para alcanzar lo Divino.

Maharaj  plantea el asunto en otros términos. Él nos dice que la Divinidad (o Verdad) ya Es. Y que no depende de la bondad, ni del buen comportamiento de alguien, para Ser. Y, si la Verdad ya Es, y Es Todo, y si nada puede existir fuera de ella, Yo Soy la Verdad. No puede ser de otra manera. Yo soy el Ser, el único Ser que hay, el Gran Soñador soñando un sueño de multiplicidad y movimiento. Por lo tanto no tengo que buscar la Verdad en otra parte. Lo que tengo que hacer es despertar y dejar de creer que soy el sueño que estoy soñando.

De modo que no se trata de acumular méritos para alcanzar lo que ya Es.  Se trata más bien de corregir nuestro enfoque, aprender a ver correctamente  y, darnos cuenta de que somos lo Divino, lo Sagrado, la Unidad, la Realidad reflejada temporalmente en la diversidad; la fragmentación temporal y aparente de ese Todo Indivisible y Bienaventurado que es lo único que Es.

miércoles, 23 de enero de 2013

Hay "algo" mucho más maravilloso...





“Ser un ser viviente no es el último estado; hay algo más allá, mucho más maravilloso, que no es ni ser, ni no- ser, ni vivir, ni no-vivir. Es un estado de conciencia pura más allá de las limitaciones del espacio y el tiempo. Una vez abandonada la idea de que uno es un cuerpo/mente, la muerte ya no aterroriza, se convierte en una parte del vivir”.

Ser un ser viviente no es el último estado…”
Por lo general los seres humanos vivimos inmersos en un mundo de pensamientos, sentimientos, penas, alegrías, apegos, adicciones, necesidades y preocupaciones, que parecen abarcar la totalidad de la existencia y no dejan espacio para considerar otras posibilidades. Ni siquiera se nos ocurre poner en duda la veracidad de nuestro mundo.
Pero Maharaj añade (basado en su vivencia directa): “hay algo más allá, mucho más maravilloso, que no es ni ser, ni no-ser, ni vivir, ni no-vivir…”. En otras palabras, nos dice que “eso” que está más allá, está fuera del campo de la dualidad, fuera del tiempo, fuera de los opuestos, ya que no es ni ser, ni no-ser; ni vivir, ni no-vivir.

 Y que no es un poquito mejor que el mundo que experimentamos, sino “mucho más maravilloso”. Continúa: “es un estado de conciencia pura, más allá de las limitaciones del espacio y el tiempo”. Está claro que, ese estado de conciencia pura del que está hablando, no forma parte de la experiencia de la mayoría de nosotros, sino que está literalmente “más allá” de nuestra comprensión intelectual. La conciencia pura, liberada de las limitaciones de creerse “esto” o “aquello” es la Realidad.  Y descubrir esa Realidad implica dejar atrás la identificación con un personaje particular.

“Una vez abandonada la idea de que uno es un cuerpo/mente, la muerte ya no aterroriza, se convierte en una parte del vivir”. Si abandonamos, verdaderamente, la idea de ser un cuerpo/mente, nos encontraremos inmediata y necesariamente, en ese “más allá” del cual habla Maharaj. Pero hay que soltar la convicción íntima o, identificación visceral, con una forma y un nombre determinados. Lo que tiene que ‘morir’ no es el cuerpo, sino la convicción de serlo.

Soy la fuente intemporal de todos los dioses...




 “Todo esto es transitorio, mientras que yo trato con lo eterno. Los dioses y los universos van y vienen, los avatares se suceden unos a otros sin cesar y al final regresamos a la fuente. Yo sólo hablo de la fuente intemporal de todos los dioses y todos los universos: pasados, presentes y futuros”.

“Todo esto es transitorio”. Esto es un hecho absolutamente obvio: todo lo que vemos, oímos, saboreamos, palpamos, olemos o percibimos a través de los sentidos, es pasajero. Percibimos el mundo como algo sólido, real, duradero; pero la verdad es que nada en absoluto es permanente, ni siquiera nuestros cuerpos. Todo se transforma constantemente hasta retornar misteriosamente a ese vacío insondable del cual surgió.

‘Los dioses y los universos van y vienen”. Esto puede sonar un poco chocante, ya que el hecho de utilizar la palabra “dioses” en plural, parece irreverente cuando se está hablando del principio único del cual surge el universo que conocemos. 

Sin embargo, lo que Maharaj intenta decirnos no es más que un hecho constatable: desde que apareció sobre la Tierra, el hombre a adorado múltiples dioses, de los cuales no queda sino el recuerdo en algunos libros de historia. Quién invoca hoy en día a Zeus, Júpiter o Ahura Mazda?  Los dioses son conceptos creados por la mente del hombre de acuerdo a su cultura y época, para referirse a un misterio que está más allá de su comprensión. Lo que no quiere decir que Maharaj esté negando esa Realidad Suprema que, efectivamente, algunos llamamos “Dios”.

“Los avatares se suceden unos a otros sin cesar, y al final regresamos a la fuente…”

Aquí Maharaj  nos dice que, después de todas las vicisitudes, experiencias y cambios que ocurren en el mundo material, todo se desintegra y se sumerge de nuevo en su origen, incluyendo a los avatares  o maestros espirituales de la humanidad. Como dice la Biblia: “del polvo vinisteis y al polvo regresaréis”.

Y finalmente Maharaj remata: “Yo sólo hablo de la fuente intemporal de todos los dioses y todos los universos: pasados, presentes y futuros…” Es decir, Maharaj se ubica en ese “territorio” o ‘’ámbito” que es anterior, simultáneo y está más allá del espacio y el tiempo: el estado potencial que, sin ser nada en particular, contiene toda posible manifestación. 

Es una realidad que no puede ser descrita ni percibida, porque no hay nada externo a ella para hacerlo. Es una unidad monolítica e indivisible. Las palabras que mejor apuntan a esa realidad serían: auto-creada, auto-suficiente, auto-luminosa, auto-consciente, completa en sí misma y, la fuente de todas las aparentes formas, seres y mundos transitorios que aparecen y se disuelven en su luz.

martes, 22 de enero de 2013

Todo esto es transitorio...



"Todo esto es transitorio, mientras que yo trato con lo eterno. Los dioses y los universos van y vienen, los avatares se suceden unos a otros sin cesar y, al final, regresamos a la fuente. Yo sólo hablo de la fuente intemporal de todos los dioses y todos los universos; pasados, presentes y futuros…”

Quién se puede dar el lujo de hablar de esta manera?
Yo no sé que sienten ustedes al escuchar estas palabras, pero a mí se me eriza la piel y me quedo mudo y transpuesto ante la profundidad, fuerza y, alcance del mensaje. Es como si una semilla echara raíces dentro de mí…y entonces surge el impulso de compartir esta maravilla con otros que quizá puedan llegar a sentir lo mismo. Por eso inicio este blog: para dar a conocer la sabiduría de ese genio espiritual que es Nisargadatta Maharaj. 

En él publicaré citas suyas que sirvan como punto de partida para reflexiones profundas y enriquecedoras. También invito a los lectores a participar y compartir sus propias interpretaciones con el fin de sacarle el mayor provecho posible a las palabras de ese gran sabio que fue Nisargadatta Maharaj.