“Todo esto es transitorio, mientras que yo
trato con lo eterno. Los dioses y los universos van y vienen, los avatares se
suceden unos a otros sin cesar y al final regresamos a la fuente. Yo sólo hablo
de la fuente intemporal de todos los dioses y todos los universos: pasados,
presentes y futuros”.
“Todo esto es
transitorio”. Esto es un hecho absolutamente obvio: todo lo que vemos, oímos,
saboreamos, palpamos, olemos o percibimos a través de los sentidos, es pasajero.
Percibimos el mundo como algo sólido, real, duradero; pero la verdad es que nada
en absoluto es permanente, ni siquiera nuestros cuerpos. Todo se transforma
constantemente hasta retornar misteriosamente a ese vacío insondable del cual
surgió.
‘Los dioses y los universos van y vienen”. Esto puede sonar un
poco chocante, ya que el hecho de utilizar la palabra “dioses” en plural,
parece irreverente cuando se está hablando del principio único del cual surge
el universo que conocemos.
Sin embargo, lo que Maharaj intenta decirnos no es
más que un hecho constatable: desde que apareció sobre la Tierra, el hombre a
adorado múltiples dioses, de los cuales no queda sino el recuerdo en algunos
libros de historia. Quién invoca hoy en día a Zeus, Júpiter o Ahura Mazda? Los dioses son conceptos creados por la mente
del hombre de acuerdo a su cultura y época, para referirse a un misterio que está
más allá de su comprensión. Lo que no quiere decir que Maharaj esté negando esa
Realidad Suprema que, efectivamente, algunos llamamos “Dios”.
“Los avatares se suceden unos a otros sin cesar, y al final regresamos a
la fuente…”
Aquí Maharaj nos dice que, después de todas las
vicisitudes, experiencias y cambios que ocurren en el mundo material, todo se
desintegra y se sumerge de nuevo en su origen, incluyendo a los avatares o maestros espirituales de la humanidad. Como
dice la Biblia: “del polvo vinisteis y al polvo regresaréis”.
Y finalmente
Maharaj remata: “Yo sólo hablo de la
fuente intemporal de todos los dioses y todos los universos: pasados, presentes
y futuros…” Es decir, Maharaj se ubica en ese “territorio” o ‘’ámbito” que
es anterior, simultáneo y está más allá del espacio y el tiempo: el estado
potencial que, sin ser nada en particular, contiene toda posible manifestación.
Es una realidad que no puede ser descrita ni percibida, porque no hay nada
externo a ella para hacerlo. Es una unidad monolítica e indivisible. Las
palabras que mejor apuntan a esa realidad serían: auto-creada, auto-suficiente,
auto-luminosa, auto-consciente, completa en sí misma y, la fuente de todas las
aparentes formas, seres y mundos transitorios que aparecen y se disuelven en su
luz.
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