“Ser un ser viviente no es el último
estado; hay algo más allá, mucho más maravilloso, que no es ni ser, ni no- ser,
ni vivir, ni no-vivir. Es un estado de conciencia pura más allá de las
limitaciones del espacio y el tiempo. Una vez abandonada la idea de que uno es
un cuerpo/mente, la muerte ya no aterroriza, se convierte en una parte del
vivir”.
“Ser un ser viviente no es el último estado…”
Por lo general los
seres humanos vivimos inmersos en un mundo de pensamientos, sentimientos, penas,
alegrías, apegos, adicciones, necesidades y preocupaciones, que parecen abarcar
la totalidad de la existencia y no dejan espacio para considerar otras
posibilidades. Ni siquiera se nos ocurre poner en duda la veracidad de nuestro
mundo.
Pero Maharaj añade
(basado en su vivencia directa): “hay
algo más allá, mucho más maravilloso, que no es ni ser, ni no-ser, ni vivir, ni
no-vivir…”. En otras palabras, nos dice que “eso” que está más allá, está
fuera del campo de la dualidad, fuera del tiempo, fuera de los opuestos, ya que
no es ni ser, ni no-ser; ni vivir, ni no-vivir.
Y que no es un poquito mejor
que el mundo que experimentamos, sino “mucho más maravilloso”. Continúa: “es un estado de conciencia pura, más allá
de las limitaciones del espacio y el tiempo”. Está claro que, ese estado de
conciencia pura del que está hablando, no forma parte de la experiencia de la
mayoría de nosotros, sino que está literalmente “más allá” de nuestra
comprensión intelectual. La conciencia pura, liberada de las limitaciones de
creerse “esto” o “aquello” es la
Realidad. Y descubrir esa Realidad
implica dejar atrás la identificación con un personaje particular.
“Una vez abandonada la idea de que uno es un cuerpo/mente, la muerte ya
no aterroriza, se convierte en una parte del vivir”. Si
abandonamos, verdaderamente, la idea
de ser un cuerpo/mente, nos encontraremos inmediata y necesariamente, en ese
“más allá” del cual habla Maharaj. Pero hay que soltar la convicción íntima o,
identificación visceral, con una forma y un nombre determinados. Lo que tiene
que ‘morir’ no es el cuerpo, sino la convicción de serlo.
Me impresiono mucho la lectura de este articulo...
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